LENGUAJES DEL CUERPO
Recuerdo las palabras que de pequeño decía mi madre: "Una mirada, dice más que muchas palabras". Es algo así como que una imagen vale más que mil palabras. Y pocas personas que se fijan en este lenguaje mudo, pero que dice tanto.
En muchas ocasiones, aunque las palabras quieren decir una cosa, el gesto y el cuerpo transmiten otra muy distinta. Los gestos, salvo profesionales entrenados, no suelen mentir. No se suelen disimular ni fingir, suelen ser sinceros.
En la parte más social de las personas, en su convivencia, en las relaciones con otras personas el cuerpo habla a cada momento. Una mirada, un cruce de piernas, un gesto con la mano, un ceño fruncido ... suele dar un significado u otro a lo que se está diciendo en ese momento. En ocasiones se remarca, en otras se contradice. El lenguaje verbal y el corporal no siempre coinciden.
Hay personas que interpretan el lenguaje corporal de una forma intuitiva. Esa persona que al conocerla cae bien o mal, sin que sepa el porqué. Generalmente, suele deberse a una lectura no consciente del lenguaje corporal. Aunque sus palabras le digan una cosa su cuerpo le está diciendo otra que es la que verdaderamente interpreta y percibe.
Ahora bien, los gestos, dependiendo de las situaciones pueden tener diversos significados. Hay que tratar de analizar el conjunto y nos gestos o tics aislados que pueden no significar nada. Hay que valorar el conjunto.
Mirar a los ojos suele ser signo de atención. Si la mirada se dirige por debajo de la nariz, a la zona de la boca, puede ser que haya un cierto interés personal. Y si la mirada recorre otras partes del cuerpo puede tener un significado íntimo, de interés muy personal. Cuando se mira de reojo, se suele demostrar una cierta desconfianza.